As early as the third century, St. Irenaeus discussed Lenten preparation for Easter, talking about what the “forefathers” in faith, meaning the apostles, did to prepare for Easter. However, in St. Irenaeus’ day, no Churchwide consensus existed on how long Lent should be. It wasn’t until the Council of Nicaea (325) that “the 40 days of Lent” began to be discussed. St. Athanasius urged a 40-day fast, as did St. Cyril of Alexandria.Finally, Pope St. Leo (d. 461) specifically instructed that Christians must “fulfill with their fasts the apostolic institution of the 40 days,” an admonition that has remained in place ever since. As a universal Church, Catholics around the world spend those 40 days focused on prayer, fasting, reception of the sacraments, the practice of charity and almsgiving in preparation of the joyful resurrection of Our Lord and Savior on Easter morning. ALMSGIVING. The Catholic Church considers almsgiving "a witness to fraternal charity" and "a work of justice pleasing to God" (Catechism of the Catholic Church, No. 2462). WHAT DOES ALMSGIVING MEAN TO CATHOLICS? Almsgiving allows us to let go of our own The call to give alms is present throughout scripture: “Amen, I say to you, whatever you did for one of these least brothers of mine, you did for me” (Matthew 25:40) The widow with the two coins from Luke’s Gospel is a wonderful example of the power of almsgiving, even when we feel we have nothing to give. As St. Mother Teresa of Calcutta used to say: “We must give until it hurts.” |
Ya en el siglo III, San Ireneo hablaba de los preparativos de Cuaresma para la Pascua, comentando lo que los apóstoles hacían para prepararse para la Pascua. Sin embargo, en la época de San Ireneo, no existía en toda la Iglesia un consenso sobre cuánto debería durar la Cuaresma. No fue hasta el Concilio de Nicea (325) que se empezó a hablar de “los 40 días de Cuaresma”. San Atanasio propuso un ayuno de 40 días, al igual que San Cirilo de Alejandría.
Finalmente, el Papa San Leo (m. 461) ordeno que todo los cristianos deben “cumplir con los ayunos de la institución apostólica de los 40 días”, algo que se ha mantenido vigente desde entonces. Como Iglesia universal, los católicos de todo el mundo dedican esos 40 días a la oración, el ayuno, la recepción de los sacramentos, la práctica de la caridad y la limosna en preparación para la gozosa resurrección de Nuestro Señor y Salvador en la mañana de Pascua. ¿QUÉ SIGNIFICA LA LIMOSNA PARA LOS CATÓLICOS? Dar limosna nos permite dejar de lado nuestros propios deseos y centrarnos en las necesidades de la Iglesia y los menos afortunados. Dos de las lecciones centrales de la cruz son la compasión y el desinterés. Al dar limosna, estamos sacrificando nuestra comodidad temporal por el bien de otra persona. Cuando damos limosna, nuestro objetivo es depender más de Dios para satisfacer nuestras necesidades, en vez de depender de nosotros mismos, y concentrarnos en proveer para nuestra iglesia y los más necesitados. El llamado a dar limosna está presente a lo largo de las Escrituras. Cristo nos conduce a cuidar de los demás como si fueran El l mismo Jesús cuando les dice a sus discípulos: “En verdad os digo que todo lo que hicisteis por uno de estos mis hermanos más pequeños, por mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). La viuda con las dos monedas de que nos habla el Evangelio de Lucas es un maravilloso ejemplo de poder dar limosna, incluso cuando sentimos que no tenemos nada que dar. Como nos decía la Santa Madre Teresa de Calcuta: “Dar hasta que duela.” |